Hoy simplemente quiero contar una anécdota y compartir una reflexión.
Durante estas semanas cité a una madre con la que tenía muchas ganas de conversar acerca de la situación de su hijo en la escuela. Entre comentarios y propuestas me pregunta cómo puede ayudar a su hijo a estudiar. Me dice que en unha charla con otra madre le comentó que ella le lee los apuntes al niño para facilitarle el estudio porque él no comprende bien lo que lee. Esta madre con la que está hablando le dice que eso no lo puede hacer, que ya verá como la orientadora le dice que es el niño quien tiene que leer y estudiar solo.
Lo primero que respondí a la madre en el despacho fue: “SENTIDO COMÚN, lo estás haciendo bien.”
Sentido común! Usándolo, ayudamos mucho a nuestros hijos. En este caso, si el niño no comprende, no estudia, solo hace una conversión del código escrito al oral. Si necesita que le lean, se le lee, si necesita que le hagan unos resumenes, se le hacen. SENTIDO COMÚN, ¿verdad que si no saben atarse los cordones se los atan hasta que aprenden? Puede hacerse una analogía.
Ahora vamos a la cuestión realmente importante. El niño no comprende. ¿Qué debemos hacer? Ir a la base de la dificultad, evaluarla y actuar en consecuencia, es decir, ofrecer los apoyos necesarios desde el colegio y la familia para que la autonomía en el estudio sea la adecuada en cuanto a calidad y eficacia.